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A quien corresponda

Esta es una carta a quién quiera que seas, en el momento que la leas, solo con la finalidad de que me conozcas y me entiendas. Una especie de instructivo para comprender mi cabeza que hay momentos en los que esta enredada.
Los detalles, los instantes son los que hacen mi historia, el minuto o incluso el segundo en el que algo cambia para siempre, aunque cueste, por ejemplo me resulta realmente dificil levantarme a la mañana, pero cuando lo logro entiendo la mágia que tiene desayunar mirando el sol en compañía de mi misma.
No hay nada que me transmita tanta paz como mirar las estrellas, escuchar el silencio del campo o las olas rompiendo en el mar. Disfruto de la brisa en la cara, el sol achinandome los ojos y viajar en compañia de un libro. Me gustaría conocer el mundo a través de los ojos ajenos y escuchando historias, sentandome en veredas, preguntando nombres.
Le tengo fobia a mis pies, y a tantas otras cosas más que ya te contaré, pero paradojicamente los amo porque caminar descalza es uno de los placeres más grandes de mi vida, Sentir la tierra humeda, el pasto, las baldozas frias. Dar pasos, caminar cambiando el ritmo y de camino.
Me cuesta mucho soltar, me apego, me aferro, pero entiendo que tengo que volar, que el cielo es inmenso arriba mio. A veces me olvido, pero creo que todo lo que hay a mi alrededor es un regalo, todo creado para mi, para que tenga la oportunidad de ver la puesta del sol, de oler el pasto mojado, de tocar el algodón, de escuchar melodias de Chopín, de comer dulce de leche.
Tengo formas desprevenidad de sorprenderme a mi misma y soportar la rutina. Cuando suenan las bocinas en los autos atorados en la hora pico, subo el volúmen de los auriculares y escucho la novena de Beethoven; cuando suena de golpe en mi auricular la voz del Flaco sonrío.

Querido quien seas, no te voy a pedir mucho en esta estadía. Quiero convencerme de que no va a importar si te quedas un día o toda la eternidad mientras que disfrutemos la trama y la hagamos valer la pena. Mientras que algo nos deje una huella, nos haga crecer. Me voy a sentir plena con pocas cosas, con un abrazo por la espalda, un beso en la nuca, una sonrisa sincera al verme y que sepas preparar un mate en el momento justo. También debes saber que me encantan los desayunos en la cama, con un café está más que bien, y los besos en la frente antes de dormir. Quiero que seas impulsivo y me sorprendas, que me arrastres a salir de mi zona de confort, que me lleves a caminar abajo de la lluvia para mojarme y ensuciarme y que no me importe nadie ni nada más que mi felicidad en ese momento.

Pero querido futuro amor EN mi vida, porque no seras mio sino del mundo, no todo es perfecto y vaya vaya que no lo soy. Pero mereces conocerme pura y entera, con bondades y miserias porque así es cuando uno llega a querer realmente con el alma. Soy capaz enteramente de amar los defectos ajenos, incluso enamorarme de ellos. No pido lo mismo, pero si comprensión.
Hay tiempos en los que me escondo de mi misma, adentro de cajones que se meten en otros cajones, hondo, bien hondo, porque se que me va a doler enfrentarme. Tenes que saber que esta Lucía sonriente a veces le cuesta su vida, y aunque abrazo todas mis cruces con amor porque de cada herida tuve un renacer y aprendizaje, hay maderos que me cuesta sostener, como cuando comer era un problema o cuando las lagrimas se me caen porque no quiero ser lo que el espejo me muestra. Hay temporadas de dudas, en las que los miedos me invaden. El pánico a ser rechazada, no querida, no aceptada...
Y hay veces en las que me pierdo, porque creo que hace bien, porque perderme me activa a buscarme, a darme respuestas y me gusta verme renovar, pero no son fáciles esos tiempos, y quizas me encierro en mi, y no te asustes que no vas a ser vos, sino yo. Acompañame sentado al lado, con que tu mano este en mi hombro me va a alcanzar para sentirte.

Y por ultimo te pido que seas siempre lo que queres ser porque eso me va a enamorar. Quizas por un tiempo, quizas para siempre. Que mires a tus costados y no siempre a tu centro, que pienses hasta en quienes no tenes la suerte de conocer. Que nunca te sientas atado y te guardes los disgustos porque mis orejas son profundas y amantes de escuchar. No te reprimas nunca al tenerme al lado, porque quiero verte en tu esplendor, siendo y florenciendo.

Te invito a que volemos, por donde sea y el tiempo que sea. Libres siendo dos, compartiendo el guión.


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