Perfil del asesino estadounidense Perry Smith
Las conductas agresivas y violentas suelen tener su raíz en infancias
dolorosas. Así lo creía Perry Smith, quien justificó sus comportamientos
en los abusos que signaron sus primeros años de vida.
Perry Edward Smith nació el 27 de octubre de 1928 en Nevada. Creció
recorriendo Estados Unidos en una camioneta familiar con tres hermanos,
la violencia de su padre y el alcoholismo de su madre. Su infancia
nómade, llena de ruidos, peleas y dolor empeoró cuando su madre, Flo
Buckskin, lo abandonó junto a sus hermanos en un orfanato católico donde
fue discriminado por ser de origen indio. Su padre Tex John Smith
decidió sacarlo y hacerse cargo de él.
Las marcas de las burlas, la brutalidad y el abandono, lo hicieron
tímido e introvertido, pero por dentro era aventurero y le gustaban los
riesgos. Acompañado por ese instinto de supervivencia y la soledad se
enlistó en la Marina Mercante para luego continuar su camino hacia el
ejercito donde conoció el horror y la crueldad en la Guerra de Corea.
Con su natural frialdad, acentuada por la guerra, y un espíritu que le
impedía quedarse quieto, recorrió el país a pie. Las rutas le trajeron
malas compañías. Conoció a un hombre que lo incito a cometer su primer
robo, por el que termino en la prisión de Lansing, Kansas. Allí conoció a
Dick Hickock, quien se convirtió en su amigo y cómplice.
Cuando consiguió la libertad condicional asalto junto a Hickock la casa
de la familia Clutter. El robo salio mal y al no encontrar el dinero,
Perry asesino en un ataque de furia y frustración a los cuatro miembros
de la familia.
Era dueño de una gran inteligencia pero la usaba para el mal. Los
caminos se llenaron de obstáculos y Perry confeso el crimen por el que
fue condenado a muerte junto a su amigo.
Pasaron cinco años juntos en la celda hasta el 14 de abril de 1965,
cuando durante la madrugada fueron llevados a la horca. Perry se
despidió diciendo que no creía en la pena de muerte.
Fue enterrado en Kansas, al lado de Dick. Juntos empezaron, juntos esperaron, juntos terminaron.
Comentarios
Publicar un comentario
Y vos ¿qué andas diciendo?