Me desperté llorando. Dolor en el pecho, nudo en la garganta y una inseguridad enorme.
Mamá me dijo "Ay Lucía, cuando vos te pones así, yo tiemblo".
Las dos sabíamos que algo malo podía pasar. ¿Qué?
Estaba inquieta, llena de miedo. Me sentía culpable por lo que pudiera pasar, por sentir tanto tiempo antes.
Esperé, no me quedaba otra, tenía que esperar.
Vino papá y nos fuimos de shopping. Paseamos, comimos, compramos ropa. Me distraje, me reí de a ratos un poco a la fuerza. Me puse una mascarita.
Me subí al auto, el celular se me quedaba sin batería y en el estacionamiento no tenía buena señal. La fila para salir era interminable, íbamos a paso de hombre. Ni bien quedamos un poco al descubierto mi teléfono empezó a sonar.
- Vengan a la clínica
Era Barbarita. No entendía nada, los mensajes llegaban tarde y mezclados, la cobertura era mala. Me desesperaba.
- La van a operar
- Avisale a tu mamá
- A las 6 viene el cirujano
Seguía sin entender. Mis respuestas no se enviaban.
- ¿A quién? ¿qué? No me asustes
- A María. Creen que es apendicitis.
María es la hija de mi madrina. Tiene 17 años. No me importa que pase el tiempo, para mi ella sigue siendo chiquita. No tuve hermanas de sangre, pero María es mi hermana del corazón. La siento tan hermana como a Lucas o a Pablo. Que a ella le pase algo es terrible para mi. Lo más chiquito que sea lo sufro. Es mi punto débil y mi fortaleza.
A Mery la operaron. Salió bien pero quedó internada un fin de semana entero. Me partía el alma verla con el suero en el brazo en esa habitación oscura que compartía con una señora mayor a la que le molestaban las visitas. Me rompía el corazón que me pidiera que no la hiciera reír porque le tiraban los puntos y me mataba de impresión cuando me contaba que le habían aplicado la inyección peridural y nunca algo le había dolido tanto.
Cuando le dieron el alta de internación estuvo en reposo algunas semanas. Se recuperó bien, está perfecta pero me asusté, porque en realidad me asusto hasta si se clava una espina en un dedo. Es Mery, para mi a ella no puede pasarle nada.
Y lo vi venir una vez más...
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