Ir al contenido principal

LARGA VIDA PARA EL BAFICI

"Saber que el Bafici existe te impulsa a filmar", dijo el director de cine Ezequiel Acuña en la charla abierta al público "Mi primer Bafici" de la que participó junto a sus colegas Verónica Chen y Gastón Solnicki el 16 de abril en el auditorio El Aleph del Centro Cultural Recoleta.

"El festival tiene mucha importancia, te da un lugar para mostrar lo que haces", expresó Ezequiel Acuña director de "Nadar sólo" y "Como un avión estrellado". Siguiendo con esta idea, Verónica Chen dijo sentirse afortunada de poder formar parte del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente y agregó: "gracias a esto puedo seguir haciendo lo que me gusta. Si no estuviera lo lamentariamos mucho". Por su parte, Gastón Solnicki dijo: "para mi es tan importante que hasta que no se pasó en las salas del festival fue como si nunca hubiese visto la película", en referencia a "Papirosen", su último largometraje.

La charla dirigida por la auditora Verónica Bava dio un giro hacia los aspectos negativos y positivos del festival. Chen catalogó como positiva la calidez de la audiencia pero se mostró dubitativa ante la poca presencia de público en película argentinas finalizado el Bafici: "No entiendo porqué las personas se matan por ir al cine durante 10 días y después las salas están vacías". Solnicki, por su parte, dijo que si no hubiese demanda de películas argentinas estas no existirían y por ende el Festival tampoco. También se sorprendió por la diversidad de edades que aparecen entre los espectadores.

En cuanto a sus experiencias a la hora de filmar, producir y presentar los largometrajes, los directores expusieron ideas relacionadas a los sentimientos y los miedos. "Me pregunto siempre cómo seguir, cómo mejorar mi narración y me planteo el cine de una forma diferente para poder avanzar. Creo que en estas películas que no poseen un millón de espectadores, los estrenos son fundamentales y poder hacerlo en festivales te abre puertas", dijo Ezequiel Acuña. Gastón Solnicki habló del proceso personal de animarse a decir "voy a hacer una película" y finalmente llevarla a cabo. "Es muy difícil disociar el desarrollo profesional del personaL para quienes hacemos cine", dijo. Por su parte, Verónica Chen contó que aprendió a relativizar los errores que creía dramáticos: "siempre hay algo mal pero aprendí a tomar distancia de eso y pensar en que no es tan importate". "Creo que la película hace su camino por más problemas que atraviese, nunca esperas lo que va a pasar" agregó.

Finalmente Solnicki expuso que una de las mejores posibilidades que brindaba el Bafici, además de poder desarrollarte, era la de poder conocer colegas y enriquicerse por la experiencia del otro.

26/4/2013

Comentarios

Entradas populares de este blog

Abrigo

Estabas de mal humor, no querías contarme porqué. Te regalé una canción desde el más profundo sentir que hablaba de ser humanos, de aceptar los dolores y naturalizarlos, dejarlos ser, permitirse el enojo, el llanto, la bronca porque son todas reacciones necesarias, que nos hacen reales, que nos invitan a descargarnos, que nos alivian. Y no tuve respuesta y me enojé yo porque un poco tenía ganas y porque otro poco era justo para mí hacerlo. Pero me callé y no te dije nada porque cargarte con más enojo, más bronca y más dolor ya no estaba en mis planes, esas eran cosas del pasado, un pasado en el que me gustaba, quizás, verte explotar y estallar de mil maneras para que me hirieras y tener motivos para alejarme, pero nunca lo logré, nunca tus filos endurecieron este amor que se siente tan desde adentro. Seguí mi día sin pensarte porque esa era la solución para aliviar el fuego que tenía en la garganta, festejé con amigos, me reí y olvidé tu silencio, que en mi mente era un desp

Celular

Estaba yendo al trabajo. Trabajaba a la mañana en una zapateria cerca de mi casa por lo que iba caminando. Eran como las 9.20 am. Eso me decía muchas cosas: que era hora de desayunar, que en diez minutos tenía que abrir el local y sobre todo, que Eugenio ya estaba despierto y en su trabajo. Caminaba y había sol, me acuerdo porque tengo esa relación de amor-odio con el Rey a la mañana. A veces me encanta cuando me da en la cara, siento el calor y se me achinan los ojos; hasta llego a sonreír solamente por eso. Pero otras veces, cuando es una mala mañana, el sol me da sueño, me fastidia y me arruina el día por completo. Eran buenos días, y el sol, pongámonos infantiles, era mi amigo. ¿En dónde estaba? si, cierto. Iba caminando con el sol en la cara. Saqué el celular para ver la hora y calcular cuanto tiempo me quedaba para llegar al trabajo. Vi que eran las 9.20 pero lo más me llamó la atención fue la fecha: 1 de junio. ¿Qué es el 1 de junio en mi vida? NADA. N A D A, absoluta

Sentirlo III

Dormí en la cama de mamá. Era sábado al mediodía, empezaba a despertarme. Había soñado con ella, que la veía cambiándose y se iba. No sé a donde pero se iba y eso me ponía muy mal. Me dí cuenta que la almohada estaba mojada, el sueño seguramente había sido muy real pero no podía recordarlo con exactitud. Abrí los ojos y la vi a mamá parada frente al espejo que hay en la puerta interna de su placard. Se estaba probando un pañuelo.  - ¿A dónde te vas? - le pregunté con la voz dormida - A lo de la tía - ¿Ya? - Si, es la una de la tarde Me dio indicaciones de la cena mientras me incorporaba en la cama, me saludó y se fue. Escuché la puerta y  me levanté para ir a cerrar con llave. Hace un tiempo ya que mamá volvió a hablar con una de sus hermanas. Crearon entre ellas una cita que respetan a menos que haya algún evento impostergable o Lucas o yo nos enfermemos. Todos los sábados ella viaja hasta la casa de Alicia y pasan el día juntas; después cenan, mamá duerme allá y vuelve