A veces cuando decimos que "nos duele el corazón" lo decimos de verdad porque la decepción, la incertidumbre o la tristeza nos generan dolores físicos. Es un conjunto de puntadas, asco, dolores de panza, insomnio y una pelota que nos aprieta todo el pecho. Pero lo hacemos más sencillo y decimos que "nos duele el corazón" porque sin el corazón no vivimos y a veces el dolor es tan grande que sentimos eso, que por un ratito ya no vivimos.
A veces alguien nos abraza y nos dice "no vale la pena que estés así" o nos llenan de "te prometo que esto va a pasar" y vos sabes que si, va a pasar pero mientras tanto el dolor no te lo saca nadie y te tiras en la cama, te tapas con la frazada y deseas ser invisible. A veces le podes poner stop a tu cabeza y después de unas lágrimas que te salen por inercia te relajas, sentís que se te afloja el cuerpo y te dormís . Otras te da vuelta todo, no paras de pensar "¿por qué? ¿qué hice? ¿y ahora?" pero no te respondes, porque no ves ni pensas en claro, porque no entendes.
A veces el mejor remedio es la sonrisa de alguien que no conoces, una charla con vos mismo o un café durante la noche. También escribir aunque es fácil que se suelten más lágrimas y se digan cosas que no se quieren decir.
Casi siempre le atribuimos el dolor a un enamoramiento pero a veces las relaciones terminan antes de que exista el amor, ahí lo que duele es otra cosa: el fracaso. Nos duele no llegar, no poder, no concluir, no conocer más. Lo que nos revienta es estar cerca de tenerlo todo y que sin que nos demos cuenta nos lo saquen; es como que el pibe que te gusta no vaya a la fiesta para la que te re arreglaste o el recital que tanto esperas se suspenda. Parece que tenes la felicidad en la palma de la mano y de golpe PUM vino un vientito fuerte y se voló. Te frustras.
Lo que nos duele es el autoestima. No vamos a culpar al otro, o si, pero también a nosotros porque ¿por qué nunca llegamos a nada? o a todo mejor dicho. Siempre a mitad de camino, siempre en el casi...
Nos marca el autoestima, nos duele perder.
La decepción, la bronca, la frustración es hacia la otra persona y hacia uno. Te decepcionaste vos mismo por como actuaste, por no ver, por dejarte llevar, por ilusionarte.
Dicen que sin ilusiones cuesta vivir, pero vivir de ilusiones duele mucho más.
"Te prometo que esto va a pasar", que pase pronto.
A veces alguien nos abraza y nos dice "no vale la pena que estés así" o nos llenan de "te prometo que esto va a pasar" y vos sabes que si, va a pasar pero mientras tanto el dolor no te lo saca nadie y te tiras en la cama, te tapas con la frazada y deseas ser invisible. A veces le podes poner stop a tu cabeza y después de unas lágrimas que te salen por inercia te relajas, sentís que se te afloja el cuerpo y te dormís . Otras te da vuelta todo, no paras de pensar "¿por qué? ¿qué hice? ¿y ahora?" pero no te respondes, porque no ves ni pensas en claro, porque no entendes.
A veces el mejor remedio es la sonrisa de alguien que no conoces, una charla con vos mismo o un café durante la noche. También escribir aunque es fácil que se suelten más lágrimas y se digan cosas que no se quieren decir.
Casi siempre le atribuimos el dolor a un enamoramiento pero a veces las relaciones terminan antes de que exista el amor, ahí lo que duele es otra cosa: el fracaso. Nos duele no llegar, no poder, no concluir, no conocer más. Lo que nos revienta es estar cerca de tenerlo todo y que sin que nos demos cuenta nos lo saquen; es como que el pibe que te gusta no vaya a la fiesta para la que te re arreglaste o el recital que tanto esperas se suspenda. Parece que tenes la felicidad en la palma de la mano y de golpe PUM vino un vientito fuerte y se voló. Te frustras.
Lo que nos duele es el autoestima. No vamos a culpar al otro, o si, pero también a nosotros porque ¿por qué nunca llegamos a nada? o a todo mejor dicho. Siempre a mitad de camino, siempre en el casi...
Nos marca el autoestima, nos duele perder.
La decepción, la bronca, la frustración es hacia la otra persona y hacia uno. Te decepcionaste vos mismo por como actuaste, por no ver, por dejarte llevar, por ilusionarte.
Dicen que sin ilusiones cuesta vivir, pero vivir de ilusiones duele mucho más.
"Te prometo que esto va a pasar", que pase pronto.
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