Abrió los ojos y automáticamente brotaron de ellos lágrimas; ahí se dio cuenta que no había sido una pesadilla.
Su cabeza giraba mientras se preguntaba por qué siempre le pasaba lo mismo. Sentía una gran confusión y no sabía que quería no entendía nada. Solo sentía un dolor punzante y profundo en medio del pecho y una angustia inmensa que le tapaba cada poro de la piel.
Jamás pensó que su nueva historia de amor iba a pasar por momentos así de oscuros, jamás pensó que toda la confianza que había depositado como un acto de amor iba a ser traicionada. Estaba muy embelesada con el principio de cuentos de princesas como para caer en la cuenta de que en el mundo seguían existiendo las cosas malas.
No paró un segundo de pensar esa mañana en que podía hacer para resolver ese problema que ni siquiera ella había causado. Intentaba sacar conclusiones sin llegar a nada porque el mareo que sentía la confundía hasta provocare nauseas. No sabía que quería.
Soñaba despierta como iba a ser esa tarde cuando fuera a su casa a hablar y lloraba despacio.
Lo amaba pero otra vez tenia una intrusa en su cuerpo que le decía que no. Se imaginaba dándole la mano y al instante sentía rechazo; se imaginaba dándole un beso y sentía asco.
¿Qué podía hacer ella?.
Su cabeza giraba mientras se preguntaba por qué siempre le pasaba lo mismo. Sentía una gran confusión y no sabía que quería no entendía nada. Solo sentía un dolor punzante y profundo en medio del pecho y una angustia inmensa que le tapaba cada poro de la piel.
Jamás pensó que su nueva historia de amor iba a pasar por momentos así de oscuros, jamás pensó que toda la confianza que había depositado como un acto de amor iba a ser traicionada. Estaba muy embelesada con el principio de cuentos de princesas como para caer en la cuenta de que en el mundo seguían existiendo las cosas malas.
No paró un segundo de pensar esa mañana en que podía hacer para resolver ese problema que ni siquiera ella había causado. Intentaba sacar conclusiones sin llegar a nada porque el mareo que sentía la confundía hasta provocare nauseas. No sabía que quería.
Soñaba despierta como iba a ser esa tarde cuando fuera a su casa a hablar y lloraba despacio.
Lo amaba pero otra vez tenia una intrusa en su cuerpo que le decía que no. Se imaginaba dándole la mano y al instante sentía rechazo; se imaginaba dándole un beso y sentía asco.
¿Qué podía hacer ella?.
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