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Eloisa y Juana

Juana la miro con intriga y en el medio de un silencio que las abordaba por horas, preguntó: -¿cómo es Él físicamente?- Eloisa se quedó callada unos minutos recreando perfectamente en su mente aquella figura. El silencio se corto cuando comenzó a decir: -es alto, muy alto, vos sabes que para mi cualquiera puede ser alto, pero Él es alto de verdad. Es de contextura grande, no gordo, grande, de espalda ancha- calló repentinamente como si le diera vergüenza continuar pero al ver los ojos que estaban fijos en su mirada se dio cuenta que esa persona era de confianza y prosiguió: -es eso lo que hace que me sienta protegida cuando me abraza, que me sienta como si nada me hiciera mal- Juana esbozó una sutil sonrisa y le hizo un gesto para que siguiera con la descripción de aquel que Elo nombraba en tres de cuatro palabras. -Su pelo es muy oscuro y contrasta con su piel tan blanca-. En ese momento Eloisa puso en duda si las pecas que veía desparramadas en su mejilla eran producto de su imaginación o si de verdad existían, no podía creer que no se acordara a la perfección de sus rasgos, entonces prefirió saltear esa característica y siguió -tiene ojos castaños y pestañas largas, envidiables por cualquier mujer, te lo aseguro- una vez más sintió esa vergüenza invadiéndola, volvió a mirar a su amiga a los ojos y todo el pudor se desvaneció en menos de un segundo. -Podría mirarlo horas y horas a los ojos, me hacen olvidarme de todo lo demás, me aíslan del mundo y su boca es perfecta, lo es para mi, me dio tantos recuerdos- Juana la miraba tiernamente como si le contaran un cuento de princesas y la interrumpió pausada y suavemente -¿vos sabes lo que el provoca en vos, sabes que sentís por el?- Eloisa la miró de una forma en que delataba perfectamente su negación hacia esa pregunta, pero tratando de ganar ante lo que ella había sentido un reto de parte de su amiga, dijo: -si, se perfectamente lo que siento por Él- Juana la miro con una sonrisa pequeña y demostrando que no le creía la desafío aún más -entonces contame- Elo miro hacia todos lados discretamente deseando que algo interrumpiera esa conversación hasta que se dio cuenta que nada lograría hacerla escapar -Me hace sentir bien, quizás es la felicidad que hace tanto buscaba la que me da a medias, pero solo con la mitad me conformo, no puedo pedir más- escucharse decir eso le dolió pero intento convencerse de que estaba bien -podría pasarme horas enteras mirándolo aunque él no me correspondiera la mirada y estoy segura que no me aburriría jamás de mirarlo si sonreiría. Me da una sensación tan linda cuando lo veo sonriendo, y cuando me habla de verdad me calma, su voz me calma. Cuándo estábamos en esa especie de relación- y miró a su amiga para confirmar que esta recordaba ese pasado no tan lejano que Elo citaba -Él me hablaba cerca de la cara, tanto, tanto que nuestras pestañas se rozaban y nos mirábamos Y ahí sonreía y yo en ese momento podía gritar que no había nadie tan feliz en el mundo- Elo tenía la mirada perdida en los recuerdos y una sonrisa tonta que se desdobló cuando siguió - cuando me dijo que ya no podía ser que estuviéramos juntos, que tenia su vida echa con otra persona, me dolió, yo no entendí ni entiendo porque me dolió, pero te confieso que llore y  mucho- un nudo se le hizo en la garganta y se vio obligada a parar de hablar. Juana se dio cuenta de la pena que de a poco abordaba a su amiga y le tomo la mano. Eloisa levanto la cabeza y sintió fuerza, que aunque el mundo desapareciera Juana jamás iba a irse de al lado de ella entonces, en voz baja continuo -yo sé que Él me produce una mezcla rara de sentimientos, que me maneja y que cuando Él quiere me tiene, y no tendría que permitírselo  pero me hace tan feliz, no necesito que me de un beso para notar los revoloteos en mi estómago, con mirarlo a los ojos mientras sonríe ya me llena por completo, me provoca mucha felicidad  Juana notó que Eloisa ya no podía continuar hablando sin derramar la primer lágrima de una tormenta, pero ante las notables ganas de seguir descargándose corrió su silla junto a la de ella, la rodeo con un brazo por el hombro, le dio un beso en la mejilla y la miro a los ojos -Elo- dijo con la voz más dulce y serena que había escuchado antes. Eloisa la miró con los ojos bañados en lágrimas esperando que pronunciara alguna palabra, deseaba con todo escuchar otra vez un sonido tan calmo, no tardo mucho en cumplirse su deseo y con una sonrisa que no definía si se sentía feliz por lo que le pasaba a su amiga o triste por verla llorando de tal manera, le susurró abrazándola fuerte -estas enamorada-.

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