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De un cumpleaños en el que tuve que decir chau


El vacío es inmenso cuando una persona abandona este mundo y estamos tan acostumbrados a esperar muertes ancianas que cuando una joven se produce nos somete a un shock.

No se puede evitar el destino ni la decisión de quien nos creo, pero si nos puede doler como si sintiéramos una parte menos de nosotros, un agujero en nuestro ser. 

La paz es el estado de pureza al que todos quieren llegar y en su rostro había una expresión pacífica, serena y calma, pero aún así ese era solo un cuerpo, solo un traje que lo hacía reconocible a la vista humana. Su esencia, sus gestos y su voz, su alma en totalidad no estaban ahí, ya habían emprendido un viaje sin vuelta atrás,  solo con pasaje de ida a un lugar del que nadie puede hablar sabiendo. 

Hay que creer y tener fe en que ese lugar es mejor y con su paz  va a descansar del mundo por el resto de la eternidad. Recordar con amor ahora es importante, tanto como nunca, pero nunca, renunciar a sentir una parte de su esencia en cada uno de nosotros.

Recordar es revivir en alma.

(A Antonio Benitez)

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