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Alvaro


Es difícil hablar de él.

Fue en los primeros días de octubre que lo vi por primera vez. Me abrazó tan fuerte que me hizo sentir que lo conocía de toda la vida. Me recorrió por el cuerpo la sensación que tenes cuando ves a alguien que hace mucho tiempo no ves. Era raro sentirme tan cómoda y segura mientras alguien a quién nunca había visto me abrazaba.

Ese día nos conocimos un poco más con palabras. Lo normal sería tener miedo de conocer a alguien que sólo sabes que existe por medio de una pantalla; pero se ve que nosotros no somos normales. "Estás loco, pero te digo un secreto, las mejores personas lo están", como filosofía de vida y por eso no tuvimos miedo, nos sentimos bien, seguros y en confianza.

El sábado fue domingo, y el domingo fue lunes, y no nos despegamos hasta que me tuve que subir al micro para volver de su Bahía Blanca a mi Gran Buenos Aires. Y ahí si, la despedida fue con el abrazo más sentido. Fuerte y entre lágrimas llenamos el silencio con "gracias" y "te quiero" que volaban desde su cabeza a la mía, desde mi corazón al suyo.

Después de ese octubre, hubo más tiempos, risas, anécdotas, lágrimas, tropiezos y peleas con los que fuimos dejando crecer esta amistad.

Alvaro no está en mi vida desde siempre, el llegó hace poco, pero llego de una manera en la que se me hace muy fácil admitir que nunca voy a poder olvidarme de su voz y de su persona. 

Como yo, tiene el sueño de ser actor. Ama los escenarios, las cámaras. Ama bailar, cantar,  actuar. En una charla me contó que él no podía hacerlo, porque eso implicaría decepcionar a la  gente que amaba y por eso, por ellos, renunciaba a sus sueños, los dejaba guardaditos en un cajón, que solo abre cuando está con amigos o solo.

Yo lo vi convertir un estacionamiento en un escenario y brillar en el living de una casa usando un control remoto como micrófono, lo vi meterse en diferentes papeles y no parar de actuar un segundo, por eso puedo asegurar que lo hace bien, muy bien.

Cuando pienso en él, siento que estoy todo el tiempo esperando que explote, que deje de complacer a los demás y sea feliz por si mismo. Espero el día en que deje el comercio, la economía, los textos de tal y cuál autor y se suba a un escenario a interpretar a Drácula en algún musical. Creo en él. Mucha gente lo tiró para abajo, agarro sus ilusiones y con total impunidad las hizo un bollito y las tiró a un tacho. Las ilusiones vienen de creer en uno mismo, son parte del autoestima y el autoestima es primo de la seguridad. Así que como en un combo, esas personas mataron tres pájaros de un tiro, o al menos, los hirieron. Pero yo sé que él puede llegar más alto de lo que cree. 

Alvaro tiene muchos personajes y uno es el que impide que te des cuenta que su autoestima no es tan alta como dice. El respira actuación. A simple vista podes creer que es el hermano gemelo de Narciso, que su ego no entra en una mansión, pero si miras hondo, vas a ver que atrás de eso hay un guión.

Conectamos de una manera especial. El me mentía sin saberlo, actuaba frente a mi y yo lo contradecía al punto de llegar a reírse y decirme "me das miedo, cómo te das cuenta de esto?" y la verdad, es que no lo sé, simplemente sentía que a veces, cuando el me decía que era feliz, no lo era. 

Toda amistad tiene un costado oscurito, un rincón que no queres visitar y nosotros, tenemos la maldita costumbre de ir ahí todo el tiempo. Es inevitable que nos peleemos. Podemos estar seis meses sin vernos y ni bien lo hacemos surge alguna pelea. No se bien porqué es. A veces pienso que de mi lado son celos, no querer que quiera a nadie más, pero no lo sé. 

Nos gritamos, nos reprochamos todo, nos portamos como nenes, nos miramos con bronca, nos planteamos cosas sin sentido, no nos queremos escuchar. Finalmente uno cede, y hablamos, y nos pedimos perdón abrazándonos fuerte, riéndonos de lo bobos que fuimos, recordándonos cuánto nos queremos. Ahora que lo pienso, puede ser que peleemos para eso, para amigarnos después, porque la paz que siento cuando sé que estamos bien es infinita.

Es rara esta relación, no espero que la entiendan porque yo no puedo explicarla. La mayoría de las veces lo entiendo y si actúa lo noto, pero otras tantas quiero abrir su cabeza para escuchar qué es lo que piensa de verdad; quiero poder darle la mano y sentir qué es lo que siente en serio, cuando me marea desearía que parara de actuar aunque sea un segundo.

Son pocas las veces que podemos vernos, pero son tan importantes que valen por millones. 

No sé bien que es lo que hizo para que lo quiera tanto, es algo lleno de otro-algo que no se puede explicar, son miles de preguntas que solo tienen un "no sé" como respuesta. ¿Por qué lo quiero? no sé, simplemente lo hago. ¿Por qué nos peleamos? no sé, simplemente lo hacemos. ¿Por qué me doy cuenta cuando actúa? no sé, simplemente lo siento. ¿Por qué a pesar de no vernos por mucho tiempo, cuando lo hacemos es como si nada? no sé, es así. ¿Por qué? ¿Por qué? No sé. Es algo que se siente, no se explica. Es difícil poner en palabras una amistad, el querer a alguien, más cuando hay tantas cosas que solo se ven si miras con atención, si miras no solamente con los ojos.

Otra cosa que sé, es que tiene un corazón enorme. Una vez le conté una historia triste,  algo que me hacia doler todo el cuerpo y por adentro también. Yo miraba para abajo mientras hablaba despacio porque no quería que viera que lloraba. Intentaba sonar tranquila pero creo que el sintió lo que yo sentía en cada palabra que dije y me escuchó con el corazón. Cuando levanté la cabeza, Alvaro lloraba y me sentí confundida, solo me dijo "ahora te entiendo y me pone mal saber que sentís tanto dolor". Ahí, lo quise un poco más.

Su número preferido es el 5, igual que el mio. Tenemos la misma manía de lavarnos las manos cada diez minutos y acomodar la ropa por color. Dice que es de otra época, cosa que yo también suelo decir. Sé que es diferente porque me confesó cosas que un chico de su edad ocultaría. Sé que es diferente porque me contó qué es el amor para él y me sorprendió.

Quiero que sea feliz, me importa mucho ver una sonrisa en su cara. Quiero estar al lado de él cuando este mal, como él estuvo cuando fue al revés.

Solo espero que viva su sueño, que lo deje ser, que se deje ser, sin máscaras, sin personajes, el Alvaro de verdad, ese que supe ver cuando lo mire a los ojos, el que completa mis frases y con el que tengo una suerte de telepatía que da miedo.

Es importante escuchar no solo con los oídos.
Es importante mirar no solo con los ojos.
Es importante sentir no solo con las manos.

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